Ferrari 250GTE de la Polizia Romana - Ferrari Club España

Ferrari 250GTE de la "Polizia Romana"

La única unidad superviviente, que estuvo en servicio entre 1962 y 1968

Fede García  - Oficina de Prensa (FCE)
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Aunque en la actualidad no es nada raro ver exóticos superdeportivos luciendo los colores de la policía de diferentes países, como es el caso de los Ferrari y Lamborghini de las autoridades de Dubai, en los años sesenta era mucho más difícil ver deportivos con sirena.

El protagonista de este artículo es uno de los patrulleros más exóticos de su época, que fue utilizado por la policía de Roma en los años 60. Se trata del Ferrari 250 GTE de 1962 que luce como coche patrulla, con sus luces y sirena, tal y como Ferrari lo entregó a las autoridades romanas, y que hoy en día se ha convertido en un icono para multitud de ferraristas.

Durante una ceremonia de entrega de premios en 1962, en la que se premiaba a la Squadra Mobile di Roma (la división motorizada de la policía romana) por su buen hacer frente al crimen organizado de la época, el por entonces presidente de Italia, Giovanni Gronchi, preguntó a sus agentes qué querían como regalo. La respuesta de uno de los policías presentes, en tono de broma, fue "Una Ferrari". Gronchi se lo tomó en serio y se puso en contacto con Enzo Ferrari, quien pensó que era una buena jugada dotar de alguno de sus coches a la Polizia, ya que quizá muchas otras comisarías del país podrían querer Cavallinos.

Ferrari preparó dos 250 GTE idénticos para la policía de Roma, aunque desafortunadamente, una de las unidades quedó destrozada en un fatídico accidente el mismo día en que se probaban por primera vez los vehículos en la capital italiana. Los restos del accidente se trasladaron a Módena, donde se procedió a la destrucción del chasis frente al propio Ferrari, que era un hombre muy supersticioso.

Tras el incidente, algunos miembros de la Squadra fueron invitados a Maranello para realizar un curso de conducción, en el que uno de los agentes destacó especialmente por su rapidez. Su nombre era Maresciallo Spatafora, y Enzo Ferrari llegó a proponerle incluso que participara como piloto en alguna carrera, representando a la marca, aunque el policía rechazó la oferta.

El Ferrari 250 GTE estuvo en servicio desde diciembre de 1962 hasta 1968, tiempo durante el cual se hizo famoso en toda Roma por lo difícil que resultaba a los maleantes escapar de Spatafora y su máquina. A día de hoy el coche todavía conserva marcas de uno de los sucesos más memorables de su corta historia: la bajada de las escalinatas de la Plaza de España, en Roma, persiguiendo a un criminal francés.

El vehículo fue objeto de una subasta pública en 1972, cuando pasó a manos de un entusiasta italiano llamado Alberto Capelli, que lo conservó en su configuración de vehículo de policía, consciente de que era único en su clase. El coche volvió a cambiar de manos en 2015, con un certificado de Ferrari Classiche emitido en 2014 que daba fe de que el chasis, el motor, la caja de cambios y el eje trasero eran los originales. Además de disponer de su documentación histórica, el vehículo tiene licencia para circular con sirena, luces y colores de coche de policía, y es el único vehículo privado italiano con ese honor, y además es un Ferrari.