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24 Horas de Le Mans - Carrera - Ferrari Club España

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24 Horas de Le Mans - Carrera

24 Horas de Le Mans - Carrera

Victoria histórica de Ferrari en la carrera del Centenario


Fede García - Redacción de Noticias (FCE)
Fotos: Ferrari/24hLeMans/WEC
© 2023 Ferrari Club España


El Centenario de las 24 Horas de Le Mans escribía con letras de oro el nombre del ganador, Ferrari, que en su regreso a la categoría reina de Le Mans cincuenta años después, realzaba la efeméride. Alessandro Pier Guidi, James Calado y Antonio Giovinazzi, llevaron hasta la meta al Ferrari 499P #51 tras un vibrante duelo con el Toyota #8, que quedaba finiquitado por un error de Ryo Hirakawa a algo menos de dos horas del final.

La batalla inicial de Ferrari y Toyota, en la primera vuelta, era el perfecto aperitivo de lo que acabarían siendo las 24 Horas de Le Mans más caóticas y vibrantes de los últimos años. Alternancias en el liderato, caos, lluvia y más caos, y al final, una carrera de auténtica supervivencia. Durante las primeras 8 horas de carrera, el Ferrari #51 se situaba al frente, pero por el liderato de la carrera pasaron los dos Ferrari 499P, los Toyota, los Peugeot con la lluvia e incluso el Porsche 963 privado de JOTA. Y durante la noche el ritmo y la presión se mantuvieron, no permitiendo rebajar las pulsaciones en ningún momento…

Partía el Ferrari #50 en cabeza, por delante del #51. Poco duraba el doblete de Ferrari, ya que el Toyota #8 superaba a los dos prototipos del Cavallino con cierta facilidad. Si en cabeza todo se desarrollaba con cierta tranquilidad, por detrás la salida daba ya muestras del caos que estaba por venir. El Cadillac #311 se iba contra las barreras, varios GTE y LMP2 sufrían daños, entre ellos el #32 de Inter Europol, el prototipo hermano del #34 de Albert Costa.

La lluvia fue la compañera de viaje casi desde el principio, como también el Safety Car. Todos los incidentes iniciales derivaban en la neutralización de la prueba. Y ya quedaba patente en este punto que el nuevo protocolo de Safety Car sea quizá más justo, pero también es realmente lento. De hecho, el primer Safety Car se extendía por 35 minutos, periodo que en el fondo era corto para lo que estaba por venir.

La resalida dejaba una bonita lucha entre los Ferrari que por momentos rozaba el drama, todo con el Toyota #7 por delante haciendo de escudero del #8, que ganaba así algo de distancia. Esto provocó que los LMDh de Porsche como los de Cadillac mantuvieran el ritmo de los líderes, al menos hasta que Nicklas Nielsen superó al Toyota #7. En ese punto, el Ferrari #50 realizaba su primera parada en boxes, diversificando de este modo las estrategias.

Se cumplía así la primera hora y media de carrera, con nuevos cambios de líderes con las primeras paradas tras un stint limpio y completo, sin Safety Car de por medio. El Ferrari #50 pasaba a tener el liderato por delante del Cadillac #3 y del Toyota #8. Ni siquiera el accidente del LMP2 de Nielsen Racing en la curva 3 cambiaba el guion. En este punto de la carrera también tenía un golpe el ORECA #13 de Tower Motorsport y el Aston Martin #98 de Álex Riberas.

A las tres horas de carrera rompía a llover de manera torrencial, pero solo en una parte del circuito, y varios coches se topaban de bruces con tan delicado escenario, así el Cadillac #3 perdía el control y después de dos trompos volvía a pista de forma milagrosa, en cambio el Glickenhaus #709 se iba contra las protecciones y junto a él se estampaba sin remedio el Ferrari #83 de Richard Mille, viéndose obligado a abandonar. Y la lluvia se convertía por si sola en una neutralización de la carrera.

El Safety Car salía de nuevo y se prolongaba entre unas cosas y otras en más de una hora, duración difícil de entender si se mira a la lluvia y no a las reparaciones de las barreras. Con todo, la acción tras el eterno coche de seguridad no descendía y el Peugeot #93 se iba a la grava cuando iba líder, lo que dejaba al #94 en cabeza. Si algo hay que reconocer a la marca francesa es que el 9X8 se mueve muy bien en condiciones mixtas o de pista mojada.

Mientras tanto, varios hypercar entraron a colocar gomas de lluvia con el Safety Car, pero al final tuvieron que volver a entrar a boxes para colocar de nuevo slicks, todavía con el mismo Safety Car liderando el grupo. Sea como fuere, en el reinicio el Porsche #5 se colocaba como nuevo líder. Cogía el relevo Yifei Ye con el Porsche #38 de JOTA, pero acto seguido sufría un aparatoso accidente, en el que el bonito 963 sufría numerosos daños en su carrocería, viéndose obligado a entrar a boxes.

Pese a todo, los dos Ferrari recuperaban el liderato y el doblete inicial, con el Ferrari #50 de Miguel Molina encabezando el grupo hasta que Antonio Giovinazzi le daba relevo con el #51. Parecía en este punto que la carrera se estabilizaba, con los dos Ferrari al frente y el Alpine #36 al mando en LMP2, con el ORECA #34 en segunda posición tras una primorosa actuación de Albert Costa.

Pero no fue así, y la lluvia, tan caprichosa en estas 24 Horas de Le Mans, volvería a arreciar con fuerza. El Ferrari #50 veía el abismo muy cerca, tanto que tenía una salida de pista que le llevaba a boxes. Allí los mecánicos decidían resetear el coche que estaba pilotando Miguel Molina, perdiendo mucho tiempo. Como si fuera una reedición de la tarde, de nuevo las salidas de pista estaban a la orden del día. Además, el ORECA #22 de United Autosports se tocaba con un rival directo y el Porsche #75 se quedaba tirado con problemas mecánicos.

Mientras la carrera llegaba a su primer tercio, el Ferrari #51 conseguía consolidar de una vez el liderato. Tanto que Alessandro Pier Giudi conseguía estirar su ventaja sobre el Peugeot #94 por encima del minuto. Por su parte, el Toyota #7 se colocaba en tercera posición, aunque con el Ferrari #50 no muy lejos. Tras perder tiempo con la salida de pista, el #50 consiguió recuperar el ritmo.

Instantes después de superarse el primer tercio de carrera, el Ferrari #51 perdía el liderato por un trompo para evitar a dos GTE. Pasaba a liderar el grupo el Peugeot #94, todo en un escenario que pronto veía como uno de los candidatos al triunfo desaparecía de la lucha. Uno de los Ferrari de la clase LMGTE-Am golpeaba por detrás al Toyota #7. Pese a los intentos de Kamui Kobayashi por volver a boxes, la aventura del primero de los Toyota GR010 Hybrid terminaba antes de tiempo.

Este incidente provocaba la aparición del Safety Car y a la vez, un carrusel de paradas en boxes de los hypercars antes de reagruparse el pelotón. El Peugeot #94 quedaba así al frente tras una nueva neutralización que se hacía eterna, entre otras cosas porque la grúa tenía que retirar el Toyota #7. Eso sí, se sumaba casi otra hora de carrera bajo coche de seguridad, hasta alcanzar tres, con sólo tres periodos neutralizados.

El Toyota #8 pasaba a liderar la prueba por delante del Peugeot #94, con los Ferrari #50 y #51 justo por detrás. Sin embargo, el accidente del ORECA #63 de Daniil Kvyat rompía esta situación al tener que parar el #8 en boxes justo después del anterior reagrupamiento. Perdía así el único Toyota superviviente varias plazas. Con todo, el claro punto de inflexión pasaba por la avería del Ferrari #50, que entraba a boxes a reparar una fuga derivada por la rotura del radiador del ERS por culpa de una piedra que vino rebotada al paso de otro participante.

 

 

Peugeot Sport volvía a sacar rédito de toda esta situación, como hizo de manera regular durante la carrera. El Peugeot #94 con Nico Müller a los mandos se convertía en alternativa real al Toyota #8 y al Ferrari #51, pese a tener menor ritmo competitivo. De hecho, el 9X8 conseguía colocarse líder antes de pasar a manos de Gustavo Menezes. Eso sí, a las 3:10 de la madrugada, el gran trabajo de Peugeot se venía abajo.

Gustavo Menezes cometía un error de bulto en la primera chicane de Mulsanne, y un fuerte golpe dejaba el 9X8 destrozado, con el frontal hecho añicos. El piloto de Peugeot lograba volver a boxes, incluso perdiendo una rueda en su camino. De manera independiente, el Porsche #38 de JOTA también tenía problemas. En LMP2, el ORECA #32 también tocaba las barreras con Jan Magnussen a sus mandos.

Después de todos estos incidentes, la carrera entraba en una fase de cierta estabilidad, quizá la primera desde que arrancaba la prueba. El Toyota #8 y el Ferrari #51 mantenían una estrategia paralela, con el 499P por delante. El #8 pasaba al frente de la carrera en la siguiente parada, todo ante la atenta mirada del Cadillac #2, si bien los pilotos del LMDh americano iban perdiendo espacio con la dupla de cabeza.

El Toyota #8 llegaba a tener una ventaja de 17 segundos sobre el Ferrari #51, la diferencia entre ambos prototipos iba oscilando arriba y abajo según se iban acumulando obstáculos por incidentes de varios GTE. El trompo del Corvette #33, los problemas mecánicos del Aston Martin #777 y el accidente del Porsche #88 en Indianápolis y las pertinentes “slow zones” ponían la pimienta a esta lucha.

La batalla entre el Toyota #8 y el Ferrari #51 se hacía más intensa con el amanecer, y un enorme relevo de Alessandro Pier Guidi colocaba de nuevo a ambos prototipos juntos. Pese a esta gran actuación individual, Ferrari optaba por colocar a James Calado en su prototipo, mientras que Toyota decidía cambiar el morro del #8 de Ryo Hirakawa. La maniobra le salía bien a Ferrari y el #51 pasaba a ocupar de nuevo el liderato.

James Calado lograba elevar la ventaja sobre Ryo Hirakawa hasta los 11 segundos cuando el reloj marcaba las 16 horas de carrera. Por su parte, el Cadillac #2 en una secuencia de paradas casi idéntica a los líderes consolidaba su tercera posición, ya que el #3 tenía una vuelta perdida y la preocupación de un Porsche #6 que cada vez venía más fuerte. El Peugeot #93 era sexto, con otro giro adicional perdido.

El último tercio de carrera arrancaba con un duelo directo entre el Ferrari #51 y el Toyota #8, ya únicos rivales en la lucha por la victoria desde la noche. Un escenario en el que Kévin Estre ponía otro ingrediente en la receta con un toque contra las barreras con el Porsche #6. La carrera trascurría de forma paralela para los prototipos protagonistas. A la par, los incidentes se iban sucediendo. En este punto, el Glickenhaus #708 se iba contra las barreras en un percance que no era demasiado grave. Por su parte, Albert Costa congelaba el corazón del equipo Inter Europol con una salida de pista en la que levantaba mucha grava, obligando a establecer una nueva zona lenta para limpiar el estropicio.

Ferrari y Toyota entraban a falta de más de cuatro horas en una fase de gato y ratón. Con un ciclo de paradas idéntico, las marcas variaban el cambio de pilotos y de neumáticos en busca de morder tiempo al rival. Con todo, el primer punto de inflexión llegaba con una parada en boxes muy larga del Ferrari #51. Cambio de piloto, ruedas y carga de gasolina, todo antes de tener que hacer un reset en el que perdían casi un minuto.

Salía el Ferrari #51 por detrás del Toyota #8 cuando tenía que haber disfrutado de una ventaja superior al medio minuto. Se dibujaba así un duelo directo en pista que se resolvía con una espectacular maniobra de adelantamiento de Alessandro Pier Guidi a Sébastien Buemi. Con esta maniobra, ambos coches volvían a su posición natural, con la misma estrategia y sólo una vuelta de diferencia en sus paradas.

Le devolvía en cualquier caso la jugada Toyota con una parada en la que no tenía que cambiar sus neumáticos. Brendon Hartley hacía el resto y superaba a James Calado, aunque el Ferrari volvía a recuperar la punta de la carrera poco después. Brendon Hartley con el Toyota #8 era capaz de comerle terreno a Antonio Giovinazzi, cuando este tomó el relevo de Calado. Sin embargo, el ataque de la firma japonesa quedaba en nada, cuando sentó en el coche a Ryo Hirakawa, y este perdía el control del Toyota GR010 Hybrid nada más iniciar su stint. El vehículo golpeaba las barreras, sufriendo daños tanto en el frontal como en la trasera.

Quedaba así la carrera sentenciada, con todo a favor del Ferrari #51. Incluso si por el camino el 499P volvía a tener una parada muy lenta. Alessandro Pier Guidi arrancaba su último stint con la bandera a cuadros en mente. Sin más contratiempos, Ferrari conseguía la victoria soñada y teñía de rojo el Centenario de las 24 Horas de Le Mans, 50 años después de su última participación.

 

Mientras Ferrari lograba la victoria con el 499P #51, Toyota se tenía que conformar con la segunda posición del #8, después de la retirada del coche #7. Por su parte, Cadillac conseguía un gran podio con el #2 de Earl Bamber, Alex Lynn y Richard Westbrook por pura consistencia, seguidos del Cadillac #3 en la cuarta posición, mientras que el Ferrari #50 de Antonio Fuoco, Nicklas Nielsen y Miguel Molina, finalizaba quinto gracias a una excelente remontada, después de perder varias vueltas por la reparación del radiador que fue dañado por una piedra. Todo y con eso, a los integrantes del Ferrari #50 les quedó el honor de ser los más rápidos en la Clasificación y logrando la Hiperpole, que les otorgó el honor de comenzar la carrera desde la primera posición.

Excelente final para Glickenhaus, que logró situar sus dos Hypercar en la sexta posición para el #708 y la séptima para el #709, todo y los numerosos incidentes sufridos durante los instantes de lluvia, sabiendo recuperarse para cruzar la meta con ambos coches. Sin podio se quedaba Porsche tras una carrera para olvidar en la que sus cuatro prototipos tuvieron problemas y averías de todo tipo. Tampoco lo consiguió Peugeot, a pesar de ofrecer una gran imagen durante los instantes más caóticos de la carrera, por lo que estamos seguros que en breve los veremos luchando por las primeras posiciones.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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