El jueves 11 de septiembre, a partir de las 15:00 horas, comenzaron a llegar los participantes al Parador de Almagro, un edificio histórico lleno de encanto y tradición. Sus claustros, patios interiores y salones recibieron a los primeros Ferrari con la expectación habitual que generan estos coches y, a medida que se acercaba la tarde, el ambiente se fue llenando de reencuentros, saludos y conversaciones entre amigos.
Esa misma noche inauguramos el encuentro con un paseo por las calles empedradas de Almagro, admirando su arquitectura y su ambiente único. Nuestro destino fue la histórica Casa del Corregidor, donde disfrutamos de una cena en un entorno tan especial como acogedor, perfecta para abrir un fin de semana dedicado tanto al motor como a la cultura y la gastronomía manchega.
El viernes por la mañana, tras desayunar en uno de los salones del parador, pusimos en marcha los motores y emprendimos una ruta por las carreteras manchegas rumbo al Parque Minero de Almadén. Una vez allí, estacionamos nuestros Ferrari dentro del recinto y realizamos una espectacular visita al interior de la mina, descubriendo la importancia histórica de su actividad y la dureza de aquel trabajo.
A la salida, la ruta nos condujo al Restaurante África Island, donde recuperamos energías con una comida en un ambiente distendido. Después de comer, nos dirigimos al Hospital Minero de Almadén, hoy convertido en museo, para conocer de cerca su historia y su relación con la minería. Ya por la tarde regresamos a Almagro para descansar antes de la cena. Esa noche, nuevamente a pie, disfrutamos del ambiente nocturno del casco histórico hasta llegar al restaurante La Tabernilla, donde compartimos mesa y charlas en un ambiente relajado.
El sábado por la mañana partimos en grupo hacia la Encomienda de Cervera, una finca espectacular enclavada en los Campos de Calatrava, rodeada de volcanes y con unas vistas impresionantes. Allí aparcamos nuestros Ferrari y comenzamos una completa visita: recorrimos su almazara y conocimos de primera mano el proceso de elaboración de sus aceites; paseamos por su bodega, donde nos explicaron cómo elaboran sus vinos; y terminamos con una cata de vinos y aceites acompañada de una comida a base de productos tradicionales de la zona. Fue, sin duda, uno de los momentos más especiales del encuentro.
De vuelta al parador, descansamos un poco antes de salir nuevamente, esta vez para visitar el célebre Corral de Comedias de Almagro, único en el mundo y símbolo del Siglo de Oro español. Allí asistimos a una representación teatral que nos transportó al pasado. A la salida, disfrutamos de un paseo por los comercios y rincones de la Plaza Mayor, con su inconfundible arquitectura porticada, antes de reunirnos para la cena de despedida en uno de los patios del Parador de Almagro, donde cerramos el encuentro con brindis, risas y la promesa de vernos pronto.
El domingo por la mañana llegó el momento más difícil: las despedidas. Tras unos últimos cafés y fotografías, cada asistente emprendió el regreso a su ciudad con el recuerdo imborrable de un fin de semana inolvidable, lleno de coches, cultura y, sobre todo, de buena compañía.
Texto: Francisco José Ríos Defez
Fotos: Socios del FCE y la colaboración de Alonso Sánchez @asanchezapics